Libro de chistes cortos buenos

En el pueblo había un hombre muy perezoso y sus vecinos ya se habían cansado de él y decidieron sepultarlo como si hubiera muerto. El mas rico del lugar se conmovió tanto que detuvo el cortejo fúnebre y dijo:-!Cómo es posible que le hagan eso a una persona por el solo hecho de que no quiera trabajar !. Yo estoy dispuesto a regalarle algunas toneladas de maíz para que tenga de que vivir. Se levanta el perezoso del ataúd y pregunta:-¿ ya está desgranado el maíz ? Contesta el rico: -no, todavía está en la mazorca. Y acostándose de nuevo en el ataúd dijo:-¡ Continuemos al panteón !