Una madre al lÃmite de su paciencia llama a su hijo: -¡Baaaasta! ¡Como no deje de oÃr de una vez el tic-tic-tic del teclado, voy a volverme completamente chalada! -¡Pero mamá -protesta el niño-, si hace una hora que he dejado de teclear...!
Una madre al lÃmite de su paciencia llama a su hijo: -¡Baaaasta! ¡Como no deje de oÃr de una vez el tic-tic-tic del teclado, voy a volverme completamente chalada! -¡Pero mamá -protesta el niño-, si hace una hora que he dejado de teclear...!