-Mamá, estoy harta de que en el colegio me tiren migas de pan... ¿qué hago? -Tu no les hagas caso Paloma...

-Papá, quiero un chandal de Nadal -Hijo, tu lo que quieres es un bañador...

En una heladería va un niño y pregunta -¿De qué sabores tienes los helados? -Mira ahí detrás tienes todos escritos en la pared... -¡Pues ponme uno de Cerramos los lunes!

-He perdido a mi hijo en el centro comercial, ¿puedo usar el micrófono? -Si, claro. - ¡Libreeee! ¡Como el sol cuando amanece...!

-Voy a llevar a mi hijo al psicólogo que tiene muchos complejos... -¿Cuál el pequeño? -No, el gordito maricón

-Tía, dónde tienes el loro? -¿Qué loro? -Papa me dijo que íbamos a ver al loro de la tía...

-¿Has probado a hablar con voz de Helio? Te echas unas risas.. He, He, He ... -Iba a contar un chiste sobre el bario, pero BA. Y otro sobre sodio e hidrógeno, pero... NAH

Marina la listilla de clase fue a la tienda el otro día por encargo de su mamá: -Buenas tardes, ¿me da sal? -Uy, pues tiene que ser fina. -Bien, me gustaría si puede hacer el favor de venderme usted un poquito de cloruro sódico.

Un niño está cavando un gran agujero en el jardín de su casa. El vecino lo ve y le pregunta: -¿Qué estás haciendo, guapo? -Estoy cavando una tumba para enterrar a mi pececito, que se murió ayer. -Pero ¿por qué excavas un agujero tan grande para un pez tan chiquitín? -¡Es que resulta que mi pececito está dentro del canalla de tu gato!

Una niña le pregunta a su madre: -Mamá, ¿cómo conociste a papá? -Puse un anuncio en una revista. -¿Ah, sí? ¿Y cuánto te costó el anuncio? -Diez euros. -¡Claro, por ese precio tampoco podías aspirar a gran cosa!

Le pregunta la mamá a su hijo: -A ver, ¿le has cambiado ya el agua a tu pececito? Y responde el hijo: -No hace falta, mamá, todavía no ha terminado de bebérsela...

En el mercado, un niño pide una docena de plátanos. -¿Tanto te gustan los plátanos, guapo? -le pregunta la frutera. -La verdad es que no demasiado -responde el niño. -Y entonces ¿por qué los compras? -¡Verá, mis padres me han regalado un botiquín de primeros auxilios, y para poder estrenarlo se me ha ocurrido tirar al suelo todas estas pieles de plátano y esperar a que alguien se caiga!

El niño no sabía que hacer ni en quién confiar hasta que finalmente fue a hablar con la abuela: -Abuela, ¿tienes buena dentadura? -No, hijo mío, por desgracia no. -¡Perfecto, entonces puedes guardarme los caramelos!

¿Qué es la fluta? ¡Lo que clece en los álboles! ¿Cómo se sube una escalera de caracol? ¡Muuuuy lentamente y dejando un poco de baba en cada escalón!

Una noche de verano, un niño le dice a su padre: -¡Papá, papá, los mosquitos me quieren picar! Y el padre le responde: -¡Pues apaga la luz! Al cabo de un rato, entra una luciérnaga por la ventana, el niño se levanta asustado y corre a decirle a su padre: -¡Papá, papá, como apagué la luz, ahora los mosquitos me atacan con linternas!

Caperucita Roja va a visitar a su abuelita, sin saber que el lobo ya ha dado buena cuenta de ella... -Abuelita, qué ojos tan grandes tienes... -Es para verte mejor. Caperucita mira a su abuelita de nuevo y le dice: -Abuelita, qué orejas tan grandes tienes... -Es para escucharte mejor. Caperucita vuelve a insistir: -Abuelita, qué nariz tan grande tienes... -Es para olerte mejor. Y una vez más, Caperucita vuelve a la carga: -Abuelita, qué boca tan grande tienes... Al final, el lobo, harto de tanta pregunta exclama: -A ver, niña, ¿tú a qué has venido, a visitarme o a criticarme?

En clase de lengua, la profesora le dice a Marcos: -Marcos, construye una frase simple... -El perro ladra junto a la casa. -¿Podrías simplificarla un poco más? -¡Guau! ¡Guau!

Por la mañana, en clase, la profesora pregunta a un alumno: -A ver, Jorge, dime: si te doy dos conejitos, después añado dos conejitos más, y añado dos más, ¿cuántos conejitos te he dado en total? -¿Es a mí? Siete -contesta Jorge. -No -dice la profesora-. Piénsalo bien: si tienes dos conejitos, después añades dos conejitos más, y a continuación añades dos más, ¿cuántos conejitos suman? -¿Es a mí? Sientes. -Jorge, me vas a hacer perder la paciencia. Volvamos a intentarlo. Tienes dos conejitos, añades dos conejitos más, y vuelves a añadir dos más... ¿cuántos conejitos tienes? Jorge, que ya está más harto que la profesora, exclama: -¡A ver si nos entendemos, los seis conejitos que usted me ha dado, más el conejito que tengo en casa, suman un total de siete!

Un niño llega a casa muy contento y le dice a su padre: -¡Papá, hoy he jugado un partidazo: he metido tres goles! -¿Ah, sí? ¡Qué bien! ¿Y cómo habéis quedado? -Hemos perdido 2 a 1...

-Papá, papá, ¿los marcianos son buenos o malos? -¿Por qué lo preguntas, hijito? -Porque acaban de entrar en casa de esa vecina nuestra tan pesada, la señora Filomena, y se la han llevado en su nave espacial. -¡En ese caso no cabe la menor duda: los marcianos son buenos!

Caperucita Roja camina por el bosque y por fin llega a casa de su abuelita. Entra y se encuentra a la Bella Durmiente en la cama de la abuela. -¿Y tú que haces aquí? -le pregunta sorprendida Caperucita. -¡Ay madre! ¿Tú eres Caperucita Roja? -¡Por supuesto que sí! -¡Entonces debo de haberme equivocado de cuento!

Una niña va a su primera clase de hípica y la instructora le dice para calmarla: -Tú tranquila... ¿Sabes qué es lo más duro cuando estás empezando a montar a caballo? -No, ¿qué? -¡El suelo!

Se encuentran dos vampiros y uno le dice al otro: -Oye, ¿tú cómo te llamas? -Vampi. -¿Vampi qué más? -Vamp-rito. ¿Y tú? -Otto. -¿Otto qué más? -Otto vampirito...

Un niño le dice a su hermana pequeña: -Has de comer pescado, te hará bien. ¡Tiene mucho fósforo! -¿Fósforo? -se sorprende su hermanita-. ¿Eso significa que me volveré más inteligente? Y el niño le responde: -Hummm... no sé si te volverás más inteligente, ¡pero es probable que te veamos mejor en la oscuridad!

Pinocho va con toda su clase de excursión al zoológico, y cuando llegan a la zona de los elefantes, le dice a su profesora: -¡Ajá! ¿Lo ve, señorita? ¡Parece que no soy el único que dice mentiras!

Una niña que no se ha portado muy bien le pregunta a su madre: -Mamá, ¿puedo ver la tele? -Todo el tiempo que quieras -responde la madre-, a condición de que esté apagada...

Una señora, madre de dos niños más malos que la peste, está a punto de salir de casa, y le pasa un número de teléfono a la canguro: -Éste es el número de mi madre, que es donde estaré esta noche, por si les pasara algo a los niños. La canguro pone cara de resignación y le pasa otro número a la madre. -Aquí tiene el número de mi madre... porque lo más probable es que me pase algo a mi...

-¡Mamá, mamá, en el cole me han llamado usurero! -Vaya por Dios, ¿y quién ha sido? -Si me sueltas cinco euros te lo digo...

En la consulta, un doctor tranquiliza a una mamá: -¡No tiene que preocuparse por nada, señora, su hijo está sanísimo! -Ah, manos mal -exclama la madre con alivio-. ¿Sabe?, nuestro ordenador tiene un virus, ¡y temía que también lo hubiera pillado de niño!

Un niño se levanta a media noche para ir a hacer pipí, y se encuentra a su padre ante el espejo del pasillo, con los ojos cerrados. -Papi, ¿qué haces aquí con los ojos cerrados? -¡Verás, es que quería sabe qué cara hago cuando duermo!

Dos niños ven de repente un cerdo volando por el cielo, y uno le dice a otro: -Pues cuando mi madre dijo el otro día que el jamón estaba por las nubes... ¡no me imaginaba esto!

La tía de Jaimito lo está regañando: -Estoy realmente enfadada contigo, sobrino. ¡Yo, a tu edad, no decía mentiras! -¿Ah, no? -responde Jaimito con impertinencia-. ¿Y a qué edad empezaste, tía?

La maestra dibuja un huevo en la pizarra. Cuando ha acabado enseña una fotografía de una gallina, otra de un gato, y pregunta a toda la clase: -A ver quién lo adivina ¿quién hizo el huevo? Raulito levanta la mano todo espabilado y dice: -Usted, señorita.

Antonio llega muy contento a casa tras su primer día de colegio. -Mamá, ¿sabes una cosa? Hoy hemos aprendido a escribir. -¡Qué bien Antonio! ¿Y qué has escrito tú? -No lo sé todavía mamá, pues no nos enseñaron a leer.

Estaban Pedro, Pepe y Raúl hablando de sus padres: -Mi padre -dice el Pedro- es el hombre más fuerte del mundo, pude levantar veinte kilos. -Pues el mío aún es más fuerte que el tuyo -dice Pepe- Es capaz de levantar cuarenta. -Eso no es nada -dice Raúl- mi papá levanta más de 10 toneladas. -dice entre risas- Trabaja con una grúa en la construcción.

La profesora le dice a una niña: -¿Qué tal, guapa, te ha gustado el primer día de colegio? -¿Cómo que el primero? ¿Es que tengo que volver mañana?

En el colegio, un niño muy creído le dice en plan fanfarrón a una niña: -Mi tatarabuelo luchó contra los franceses, mi bisabuelo luchó contra los ingleses, mi abuelo luchó contra los rusos, mi padre... La niña lo interrumpe y le dice: -Ya veo, en tu familia sois todos unos agitadores, ¿no ?

Un pececillo en una pecera observa junto a su mamá una lavadora en funcionamiento, y exclama fascinado: -¡Qué maravilla, mamá! ¿Cuándo me llevarás a montarme en la noria?

Una madre, que quiere comprobar cómo anda de lógica su hijita, le pregunta: -Dime en tu opinión ¿qué fue primero, el huevo o la gallina? -¡El huevo! -responde la gallina sin titubear. -¡Ah! Y ¿por qué, si puede saberse? -insiste la madre. -¡Porque es mucho más viejo! ¿No ves que está completamente calvo?

La madre de Ricardito le pregunta cómo le ha ido el examen de historia, y él responde: -Huy, mamá, creo que el profesor se ha quedado muy impresionado. -¿Ah sí? ¿Por qué? -Porque cada vez que yo respondía, él alzaba la vista al cielo y decía: Increíble.

Un hombre le explica a su amigo: -¿Sabes qué? Mi familia me quiere encerrar en el manicomio. -¿Ah sí, por qué? -Porque me gustan mucho las tortillas de patatas. -Hombre, qué exagerados. ¡Si a mí también me gustan mucho! -¡Qué bien! ¡Pues ven a mi casa, que tengo tres armarios llenos!

Un vendedor llama por teléfono a un cliente, y le responde un niño de cuatro años. -¿Están tu papá o te mamá? -¡No! -¿Y no hay nadie más contigo? -Sí, mi hermana. -¿Podrías decirle que se ponga al teléfono? Tras un largo silencio, el niño dice: -Lo he intentado pero ¡no puede bajarse de la cuna!

-Mamá, ¿me pones otro terrón de azúcar en la leche? -¡Pepito, pero si ya te he puesto tres! -¡Sí, pero es que se deshacen!

-Mamá, mamá, ¿las peras son transparentes? -Claro que no. Entonces he comprado medio kilo de bombillas.

La señora le dice a la criada: -Enriqueta, ve al jardín, a ver qué hacen los niños, y les dices que eso no se hace.

Un niño muy creído le dice a su padre: -Papá, cuando sea mayor quiero ser como tú. -¿Por qué, hijo mío? -¡Para tener un hijo como yo!

Un niño que esconde algo tras la espalda le dice a otro: -Si adivinas cuantos caramelos tengo te doy los tres.

Un niño está haciendo los deberes y le pregunta a su padre: -Papá, ¿cómo se escribe campana? -Tal como suena. Y el niño escribió: Ding-dong

Dos mujeres presumiendo de sus hijos: -Mi hijo es muy listo, solo tiene un año y ya camina. -El mío sí que es listo, que ya tiene ocho y todavía lo llevamos en brazos.

-Carlitos, falta un cuarto de hora -Ah, pues te aseguro que yo no lo he cogido.

¿Por qué el mar es salado? Porque está lleno de anchoas

-Estoy muy contenta: he terminado este puzzle y sólo me ha llevado 6 meses. -Pero, si eso es mucho tiempo. Qué va En la caja ponía de 2 a 4 años...

El Sol le pregunta a la Luna: -¿Cómo es que estás tan pálida? -Es que ayer salí de noche...

Una madre y su hijo están esperando el autobús, y ella le dice al niño: -Cuando el conductor te pregunte cuántos años tienes, tú le dices que cuatro, así no tendremos que pagar billete. Suben al autobús y el conductor le pregunta: -¿Cuántos años tienes? -Cuatro -dice el niño. Y el conductor le dice: -¿Cuándo cumples los cinco? -En cuanto me baje del autobús

Un niño le pregunta a su padre: -Papá, ¿te gustan los frutos tostados? -Sí, hijo, me gustan mucho. -Uf, menos mal, porque el huerto se está quemando.

-Papá, Martita ha encendido el ordenador. -Bueno, déjala que juegue un rato. -Como quieras, pero cuando las llamas lleguen a tu habitación ya te las apañarás.

-El vecino debe ser muy mayor. -Ya lo creo, es muy viejo. -¿Cuánto dirías que tiene? -Fijo no lo sé, pero según dijo mi abuelo cuando nació el vecino no había clases de historia.

-Ven aquí hijo mío. A ver, ¿sabes cuál es la diferencia entre un bote de garbanzos y una caja de chinchetas? -No, mamá. -Esta bien. Bueno, será mejor que mande a tu hermano al mercado.

-Mamá, ¿qué tienes en la barriga? -Un bebé, hijo mío. ¿Y quién te lo dio? -Tu papá. En esto que el niño escapa corriendo y se chiva al padre: -Papá, papá no le des más bebes a mama, ¡que se los come!

-Venga, Pepito, ve a lavarte que a lo mejor viene a visitarnos tu tía. -Sí, hombre, ¿y si luego no viene, qué?

Un niño le pregunta a su madre: -Mamá, ¿cuál es mi fecha de nacimiento? -El 15 de julio. -Anda, como el día de mi cumpleaños.

-¿Has entrado alguna vez en el laberinto? -No. -Pues no sabes lo que te pierdes

-¡Joaquín!, ¿no te da vergüenza? ¡Te has comido todos los churros y no has dejado nada para tu hermana. -Claro que sí mamá, me los comí por eso, pensaba que podía llegar de un momento a otro.

Una madre le dice a su pequeño: ¡Vamos, haz el favor de tomar te la sopa, si no llamaré al hombre del saco! -Bueno vale, si él quiere comérsela me parece bien.

-Mira, una piedra preciosa. -Pero si es un ladrillo. -Bueno, ¿y qué? A mi me gusta.

Estaban 2 niños jugando y de pronto se ponen a razonar: -Oye Iván, ¿tú sabes quien es Satanás? -No estoy seguro pero probablemente sea papá. Ya ves lo que pasó con el Ratoncito Pérez y con los Reyes Magos.

Esto era el número 10 que no tenía suerte y se encuentra con el número 1, que le da consejo: -Para se como yo tienes que ser sincero.

Hay una herramienta que es muy divertida, y esta es la escoba por qué porque siempre va riendo

Prueba a meter un papel amarillo en el mar negro. ¿Adivinas como sale? Mojado

Papi, otra vez me han abucharado en el cole, ahora me llaman envidioso. -No te preocupes, que les den bien por detrás. -¿Y para mi qué?

Era un niño que viene llorando porque una señora le ha pegado. Va la madre ver que ha pasado y dice la señora: -Es un maleducado, me ha llamado vieja. -¿Y cree que pegándole va a rejuvenecer?

Adivinanza: ¿Quién era el que decía: vayamos al grano? -El dermatólogo

Mamá, mamá, ¿por qué papá tiene poco pelo? -Porque es muy listo. -Entonces ¿por qué tu tienes esa melena? -Bueno, déjate de preguntas y cómete el caldo.

Había una vez un niño que tenía la cabeza tan grande que tenía dos piojos y no se conocían.

Un padre enfadado lee las notas de su hijo: -Matemáticas, cero; Geografía cero; Lengua, cero... ¡Hombre, por lo menos, aquí hay un diez! -Sí, papá, son las ausencias injustificadas.

Le dice David a otro niño: -Yo siempre he sido muy listo: con 10 meses ya andaba. -¿Y a eso lo llamas ser listo? Yo tengo doce años y todavía me llevan en brazos.

Martina le pregunta a David: -Oye, ¿cómo sacarías a un burro de un pozo? -Y David responde: -¿Con una cuerda? -No, mojado.

A David le dice su madre: -Oye, David, ¿quién se ha comido las uvas de este plato? -Se las he dado a un chico que tenía hambre. -Muy bien, hijo mío. Tienes un corazón muy generoso. ¿Y quién era ese chico? -Era yo, mamá.

La madre de David le dice: -Niño, no comas más pasteles, que vas a reventar. -Pues dame otro y apártate.

Caperucita Roja va caminando por el bosque y se le aparece el Lobo Feroz. -Caperucita, Caperucita, ¿qué llevas en la cestita? -Una espada ninja para cortarte por la mitad si te acercas un paso más. Y el Lobo dice: -Caramba, sí que ha cambiado el cuento.