Chiste de La profesora en clase de astronomía: -Hoy no podr...
La profesora en clase de astronomía: -Hoy no podremos salir a ver las estrellas que la luna está llena... Y dice Pepito: -¿De qué?
La profesora en clase de astronomía: -Hoy no podremos salir a ver las estrellas que la luna está llena... Y dice Pepito: -¿De qué?
-Papá te han robado el coche! -¿Se ha visto quién ha sido? -No, pero le he cogido la matrícula!
En clase: -Para ti que es la patria? -Mi madre! -Está bien, a ver Pepito, y para ti que es la patria? -Mi tia! -Como tu tia? -Si, es que soy primo del anterior!
-¿Sabías que Cleopatra vivió más cerca de Internet que de cuando se construían las pirámides? -¡Qué me dices Pepito! y no me cambies de tema, ¿dónde has dejado al bebé?
Le dice el padre a Pepito: -Ve a comprar pegamento. -¡Qué rollo! ¿Y si yo no quiero? -Pues te pego. -¡Cómo me vas a pegar si no tienes pegamento!
Un padre muy enfadado regaña a su hijo: -Pepito, ¿cuántas veces he de decirte que no juegues con cerillas? ¿Qué tengo que hacer para que me hagas caso? -No sé, papá... ¿comprarme un encendedor?
La profesora le pregunta a Pepito: -Pepito, nómbrame cuatro cuadrúpedos. -Sí, señorita: ¡un perro, un gato, un caballo y dos gallinas!
-Profesora, ¿sabría decirme si hay algún animal que coma con la cola? -¡Ninguno, estoy segura! -¿Ah sí? ¡Pues yo nunca he visto a ningún animal que se quite la coma antes de comer!
Juanito le dice a Pepito: -¿Sabes? ¡He descubierto una medicina milagrosa para la memoria... -¡Caramba, qué bien! ¿Cómo se llama? -Hum... ¡Ahora mismo no me acuerdo!
La madre de Pepito le dice: -Pepito, ve a comprar pegamento. -No me da la gana. -Pepito, ¡Ve a comprar pegamento! -No me da la gana. -¡Ah que te pego! -¿Cómo me vas a pegar, si no tienes pegamento?
La profesora plantea un problema a los alumnos y alumnas: -Atención, niños: hay doce ovejas en un prado. Seis saltan la cerca para ir a otro prado. ¿Cuántas quedan? Pepito levanta la mano, y antes de que la profesora pueda decir nada, exclama: -¡Esta me la sé! ¡Ninguna! -¡Pepito! -le replica la profesora en tono reprobatorio-. ¡Eres un negado para las matemáticas! -No, señora profesora -se defiende Pepito-. Lo que pasa es que usted no sabe cómo son las ovejas: ¡donde va una, van todas!
En clase, el profesor le pregunta a una niña. -María, a ver si sabes decirme una palabra que lleve muchas oes. -¡Horroroso! -¡Muy bien, María! ¿Y tú, Pepito, sabes alguna que tenga más? -Sí: ¡Goooooool!
Pepito le dice a su padre: -¡Papá, papá, ha bajado el termómetro! -¿Ah sí? ¿Cuánto ha bajado? -Unos diez metros... ¡se me ha caído por el balcón!
-Mamá, mamá, si te dijera que me han puesto un diez en los deberes, ¿qué me darías? -¡Una tarta, Pepito! -¡¡¡Estupendo, mamá, entonces dame media tarta, porque me han puesto un cinco!!!
La profesora le pregunta a Pepito: -Pepito, voy a hacerte una pregunta muy difícil, a ver si la sabes. ¿Para ti quiénes son más inteligentes, los animales o los seres humanos? -Los animales, señorita. -¿Estás seguro, Pepito? -¡Pues claro! Cuando yo le hablo a mi perro él me entiende, y en cambio cuando me ladra, yo no lo entiendo a él.
La profesora le pregunta a Pepito: -Pepito, a ver si sabes la respuesta: ¿con cuántos ceros escribirías un millón? -Con seis ceros, señorita -responde Pepito. -Muy bien, Pepito -lo felicita la profesora- ¿Y con cuántos escribirías medio millón? -¡Muy fácil, con tres!
Este es el programa de aseo de Pepito: Lunes: me lavo el pelo... Martes: me lavo la cara... Miércoles: me lavo los dientes... Jueves: me lavo las orejas... Viernes: me lavo las manos... Sábado: me lavo los pies... Domingo:... ¡cambio el agua!
Pepito presume ante Juanito: -¿Sabías que a los nueve meses yo ya caminaba? ¡Soy muy inteligente! -Ah, ¿y eso le llamas ser inteligente? -le responde Juanito-. ¡Yo, a los tres años, todavía hacía que me llevaran en brazos!
Pepito se está comiendo un trozo de tarta de chocolate y le dice a su madre: -Mamá, ¿es verdad eso de que no hay que dejar para mañana lo que puede hacerse hoy? -¡Por supuesto, Pepito! -le confirma su madre. -¡Pues entonces pásame el resto de la tarta, que me la acabaré ahora mismo!
La madre de Pepito lo está regañando: -¡Te has comido todos los caramelos! Y eso que te dije que ni los mirases. -Pero si te he obedecido mamá, los comí con los ojos cerrados.
Pepito le cuenta a su madre: -Mamá, hoy la profesora nos ha explicado que los peces grandes se comen a los más pequeños. ¿Es cierto? -Claro que es cierto, Pepito. -¿Y también se comen a las sardinas? -También, hijo mío. -¿Y cómo lo hacen para abrir la lata?
Pepito está llorando ante el fregadero de la cocina. Su padre le pregunta: -¿Por qué lloras, hijo mío? ¿Qué te ha pasado? -¡Pues que se me ha caído un cubito de hielo en el agua caliente, y ahora no hay manera de encontrarlo!
La maestra le llama la atención a Pepito: -¡Pepito, en clase no se puede dormir! Y Pepito le responde: -¡Desde luego que no, con los gritos que da!
La maestra les dice a sus alumnos: -Hoy os enseñaré las fracciones. Por ejemplo, si corto un plátano en cinco trozos, una pera en tres, una manzana en ocho trozos y una fresa en dos trozos... ¿qué obtengo? Y Pepito le responde: -¡Una macedonia, señorita!
Estaba Pepito en casa jugando en su habitación cuando va junto a la madre y le dice: -¡Mamá, mamá, he visto una cucaracha tan grande como un avión! -¡Pepito, te he dicho ochocientos mil millones de veces que no exageres!
A ver, Pepito, di el nombre de un gran descubridor. -Usted, profesor. -¿Yo? -Sí, porque siempre descubre que no me sé las preguntas.
El profesor le dice a Pepito: -Presente: Yo ayuno, tú ayunas, él ayuna, nosotros ayunamos, vosotros ayunáis, ellos ayunan. Y ahora repite lo que acabo de decir. Dice Pepito: -¡Que aquí no come ni Dios!
-¿Has oído el chiste de Pepito en el autobús? -No, es que me bajé en la parada anterior.
-¡Pepito, me estás agotando! ¡Vete ahora mismo a la cama! -dice su madre, agotada. -Pero, mamá, si la que está cansada eres tú, ¿por qué me tengo que ir yo a la cama?
La profesora le pregunta a Pepito: -Pepito, di una palabra larga. -Goma. -Pero goma no es muy larga. -¿Ah no? ¡Pruebe a estirarla y verá cómo se alaaaaaarga!
Pepito le dice a su amigo: -Tuvo que ser estupendo vivir en la Edad Media... -¿Ah sí? ¿Por qué? Porque tenían mil años menos de historia por estudiar.
Tema de la redacción: ¿Cómo has pasado las vacaciones de verano?. Redacción de Pepito: Muy bien, gracias. ¿Y usted?
-Pepito, ¿has visto el colador? -Sí, mamá, pero lo he tirado porque estaba lleno de agujeros.
La madre de Pepito le dice: -Pepito, no puedes pasarte todo el santo día delante del televisor. -Mamá, es que desde atrás no se ve nada.
La profesora le pregunta a Pepito: -A ver, Pepito, ¿sabrías decirme una palabra que tenga cinco íes? -Ufff, eso es dificilísimo. -Muy bien Pepito.
-A ver, Pepito, dime con qué mató David a Goliat. -Con una moto, profesora. -Pero ¡cómo que con una moto! ¡Con una honda! -Ah, perdón, no sabía que también quería saber la marca.
La madre de Pepito le pregunta: -Pepito, ¿qué haces? -Nada. -¿Y tu hermano? -¡Me ayuda!
¿Por qué madrugaba Pepito, no decían que era el más perezoso del pueblo? Para estar más tiempo sin hacer nada.
¿Por qué se ha golpeado Pepito a propósito? Resulta que quiere ser astronauta y le tarda por ver las estrellas
-¡Manolo, Manolo, rápido, despierta! -¿Qué quieres? -¡Que se te ha olvidado tomarte las pastillas para dormir
-Los rinocerontes se ponen rojos para camuflarse entre las fresas. -¿En serio? -¿Tú has visto alguna vez un rinoceronte entre las fresas? -¡No, nunca! -¡Ahí lo tienes: porque se camuflan genial!
Dos niños hablan de las ocupaciones de sus padres. -Mi padres salva muchas vidas -dice Pepito. -¿Es médico? -No, pinta pasos de cebra.
El profesor de piano le dice a Pepito: -¿No te da vergüenza tocar el piano con esas manos tan sucias? -Ah, por eso no debe preocuparse, sólo tocaré las teclas negras.
Pepito le dice a su padre: -Papá, ¿sabes firmar con los ojos cerrados? -Supongo que sí, ¿por qué me lo preguntas, Pepito? -Porque tendrías que firmarme las notas de la escuela.
En la escuela, la profesora pregunta: -Pepito, dime el plural de bicicleta. -Tandem
Pepito va a la estación y ve una báscula que anuncia: Por 2 euros adivinaré quién eres y qué haces aquí. Intrigado, introduce la moneda en la ranura y la báscula dice: -Te llamas Pepito Martínez Roig y has de tomar el tren 345 que sale del andén número 2. A continuación Pepito se disfraza de mujer y vuelve a subirse a la báscula que repite la misma respuesta. Prueba de nuevo disfrazado de camarero y le contesta: Te llamas Pepito Martínez Roig y por hacer tanto el tonto acabas de perder el tren 345 que ya ha salido del andén número 2.
Ruperta sirvió la comida a los chavales y le dijo a Pepito: -Venga Pepito, cómete la sopa de fideos! Y Fideos se quedó sin sopa
-Papá, hoy he estado a punto de sacar un 10. -Ah, qué bien, Pepito, ¿qué te han puesto? ¿un 9? -No, un 1, le han puesto un 10 al niño de al lado.
A Pepito le corrige el examen la maestra y le dice: -¿Era tan fuerte como la piel de un plátano, y eso? -Pues por mi tío que es fuerte como un roble, pero lo único que fue capaz de tumbarlo fue una piel de plátano.
-A ver Pepito, ¿por qué dirías tú que los peces no saben hablar? -Mira tú que listo. Prueba a hablar con la boca llena de agua.
Hola Ramón, vi a Pepito que se sentó encima de un cuchillo, ¿sabes quien te digo? -Sí sí, pero no que gracia te hace eso. -A mi no, pero Pepito se partía el culo.
Le preguntan a Pepito en la escuela: -A ver Pepito, problema de matemáticas. Si tengo en una mano 40 manzanas y en otra 50, ¿qué es lo que tengo? -Unas manos enorme profe.
-El cole es un coñazo -Pepito no digas palabrotas, eso está muy feo. -Pero si lo dice Camilo José Cela. -Bueno... pues no te juntes más con ese.
-Mamá, ¡quiero una tableta! -¿Por qué Pepito? -Porque todos tienen una... -¿Y si todos se tiran a un pozo?, ¿tú te tirarías? -No, me quedaba con sus tabletas...
Estaba Pepe muy entusiasmado con la nueva máquina experimental que pusieron en el centro comercial y de la que todo el mundo habla. Resulta que funcionaba como un médico porque si le traías pruebas te analizaba, diagnosticaba y todo. Pepe no se lo acababa de creer y metió el dinero para ver si funcionaba. Acercó su mano y efectivamente la máquina acertó diciendo: Diagnóstico: Inflamación de los tendones de la mano derecha. Pepe estaba impresionado pero no se lo acababa de creer así que ideó un plan. Al día siguiente volvió con un vaso lleno de todo lo que encontró en casa. desde un moco suyo,
El papá de Pepito le preguntó: -Pepito, cuando seas tan grande como yo, ¿qué te gustaría hacer? -Dieta.
-Figúrate que ayer Pepito voló en avión. -¡Qué bueno! -No tanto porque se le cayó el avión en el aire -¡Qué malo! No tanto, porque tenía paracaídas -¡Qué bueno! -No tanto, porque no se le abrió. -¡Qué malo! -No tanto porque abajo había una carreta con paja -¡Qué bueno! -No tanto porque había un tridente -¡Qué malo! -No tanto porque tampoco cayó en la carreta.
-¿Pepito, qué harás cuando seas tan grande como yo? -Dieta.
-¿A ver Pepito, que tiempo es: eso no debería haber pasado? -Preservativo imperfecto.
Pepito estaba en el salón de clase con sus compañeros, como la profesora no llegaba, todos los alumnos comenzaron a hacer alboroto. Cuando llegó la profesora vio el desorden que había y comenzó a interrogar a los niños: -Juanita, ¿qué has hecho tú? -Yo dibujé en la pizarra. -Pedrito, ¿y tú que hiciste? -Yo tiré mi pupitre contra el suelo. -Pepito, ¿y tú que hiciste? -Yo tiré serpentina por la ventana. -Caramba, aprendan de Pepito que no es un malcriado como ustedes. Pero al pasar unos minutos, tocan la puerta de la clase y entra una niña toda golpeada, la profesora le pregunta: -¿Y tú quién eres? -Yo me llamo Serpentina.
La madre de Pepito le dice: -Ten mucho cuidado en la mili, cuando te pregunten la edad que tienes dices: 20, y cuando te pregunten el nombre di: José. Y en todo lo demás responde: señor sí señor. Cuanto llega a la mili le pregunta el general: -¿Nombre? -20. -¿Edad? -José. El general se enfada y dice: -¿Usted se cree que soy tonto? -Señor sí señor.
Una pareja joven, con un niño de cinco años, estaba ya cansada de que el pequeño les interrumpiera en los momentos más inoportunos mientras hacían el amor. Al fin, al padre se le ocurre una solución: -Mira Pepito, tu mamá y yo vamos a hablar de nuestras cosas aquí al lado, en el dormitorio. Sé un niño bueno, asómate a la ventana y vete contándonos lo que veas, ¿vale? El nene comienza -Hay una señora paseando a su perro... Un autobús rojo está pasando... Los vecinos de enfrente haciendo el amor otra vez... -¿Cómo sabes tu eso? -Gritan los padres. -¡Es que su hijo pequeño también está asomado a la ventana, haciendo el gilipollas como yo...!
La señorita Pérez pregunta en clase: -A ver Pepito, ¿sabes decirme un animal que se arrastre por el suelo? -Mi hermano pequeño.
Están los chicos en clase y la maestra pregunta -¿Quién no entendió? Pepito levanta la mano y dice: -Yo -¿Qué no entendiste? Pregunto la maestra -Desde marzo hasta ahora, nada.
En la calle, Pepito se acerca a un policía y le dice: -Señor guardia, me he perdido. ¿No ha visto pasar a una señora sin un niño como yo?
Le dice Pepito a su padre: -He perdido el paraguas. -¿Y cuándo te has dado cuenta? -Cuando lo iba a cerrar.
A Manuel le dice su hijo Pepito: -Papá, papá, ¿te gusta la fruta cocida? -Me encanta, hijo. -Pues alégrate, porque el huerto está ardiendo.
Pregunta la profe: ¿Qué quereis ser de mayores? -Miguel. -Ingeniero, señor profesor. -¿Y tú, Pedro? -Fontanero, profe. -¿Y tú, Marta? -Yo quiero ser mamá. -Muy bien, Marta. ¿Y tú, Pepito? -¡Yo quiero ayudar a Clara!
-A ver, Pepito, ¿qué nos demuestra la caída del muro de Berlín? -Pues... que los albañiles alemanes no son tan buenos como pensábamos.
-Muy bien Pepito. Y en el conjunto de los países, España pertenece a... -¡A los empresarios y a los banqueros!
-A ver Pepito, ¿qué es el sufragio? -Es el sufrimiento de los políticos cuando los votantes los están eligiendo.
Clase mixta. El maestro pregunta a sus alumnos qué quieren hacer de mayores: -Dime tú, Roberto. -Ingeniero, señor profesor. -¿Y tú, Carlos? -Fontanero, señor profesor. -¿Y tú, Claro? -Yo quiero ser mamá. -Muy bien, Clara. ¿Y tú, Pepito? -Yo... ¡Yo quiero ayudar a Clara a que sea mamá!
La maestra de Pepito llama a la madre al colegio y se queja de que el niño no hace más que molestar a sus compañeras de clase: -Las lleva a los rincones más oscuros, las besa y trata de tocarlas -sigue explicando la maestra. -¡Igual que su padre! -contesta la madre-. ¡Estoy verdaderamente contenta de no haberme casado con él!
En la escuela se celebra una fiesta de fin de curso. Disfraces obligatorios: frutas o legumbres. -¿Qué significa ese disfraz todo de rojo, Juanito? -Un tomate, señorita. -Muy bien... Rosita, ¿y tú todo de amarillo? -Una zanahoria, señorita. -Mario va de verde, ¿por qué? -Represento una lechuga, señorita. -Pero, ¡Dios mío! Pepito, qué escándalo... ¿Qué significa eso? Pepito entra completamente desnudo y con una flor en el culo. -Culyflor, señorita...
Una noche Pepito mira por el ojo de la cerradura cómo sus padres hacen el amor. En un momento, llega a oír a su padre cuando mamá está componiendo la posición más erótica: -¡Querida, te voy a hacer un nene! Al día siguiente, cuando el padre entra en casa, Pepito se baja los pantalones, le enseña su colita y dice. -¡Papá, hazme un triciclo...!
La maestra: -Vais a nombrar objetos que tengas pelos. Juanito: -La cabeza de papá. -No es muy acertado pero vale. ¿Y tú Robertito? -Una alfombra de pelo. -Muy bien. ¿Y tú Pepito? -Las bolas de billar. -¡Pero no, Pepito! Las bolas de billar no tienen pelo. -Le aseguro yo que sí, señorita. Está usted equivocada. ¡Billar, muéstrale las bolas a la señorita!
Pepito a su padre: -¡Papá, papá, mira una helicóptera! -¡Es un helicóptero, Pepito, no una helicóptera! -corrige el padre. -¡Vaya vista papá! -exclama Pepito muy feliz-. ¡Eres capaz de distinguirlos desde aquí!
Papá dice a Pepito: -Hoy viene el director de mi fábrica a cenar. ¡Pórtate bien, por favor! Por la noche, en la mesa, la esposa del director insiste: -Pepito, tú que eres tan gracioso, por qué no nos cuentas alguna de tus ocurrencias... El papá de Pepito casi se muere del susto, por lo que mira fijamente a su hijo. Pero éste no desaprovecha la ocasión: -Veamos esta adivinanza: ¿qué es eso que si se pone se queda duro, si se saca se queda blando y, luego, suelta un chorro de leche? El papá de Pepito cierra los ojos, y se siente al borde del infarto... -¡Fácil: un bizcocho cuando se moja en un tazón lleno de leche! -exclamó Pepito-. Y no una p... como pensaba el viejo verde de mi papá...!
Pepito pregunta a su madre: -Oye, mamá, las negras destiñen? -No, hijo mío, ¿Cómo van a desteñir? -Es que el otro día papá dijo a sus amigos que había estado con una negra y que se había puesto morado.
Pepito acaba de propinar una tremenda bofetada a su hermanita, por lo que ésta grita como una loca. La madre viene corriendo. -Pero, hijo, ¿no te da vergüenza pegar a tu hermanita? -¡Ha hecho trampas! Jugábamos a Adán y Eva... ¡Y en lugar de tentarme con la manzana... se la ha comido ella sola