Una mariquita ha quedado para cenar en un restaurante con un ciempiés. El ciempiés llega tarde, y la mariquita ya está harta de tanto esperar. Al final, el ciempiés llega al restaurante y la mariquita le pregunta, muy enfadada: -Pero ¿se puede saber por qué has tardado tanto? -Perdona, pero es que en la entrada había un cartel que decía: Se ruega limpiarse los zapatos antes de entrar.