Libro de chistes cortos buenos

Un conductor conduce un flamante deportivo a toda velocidad, derrapa, frena en seco levantando una gran nube de polvo y le pregunta a un campesino: -Eh, tú... sí, tú... ¿Cómo se va al hospital? El campesino esboza una sonrisa y le dice: -¿Ves esa curva cerrada que hay en la carretera, ahí abajo? ¡Pues si quieres ir derecho al hospital, cuando llegues allí, sigue recto!