Libro de chistes cortos buenos

Esto era un hombre que tenía una gata, pero estaba harto de que le arañara los pies, así que decidió abandonarla. Se la llevó calle abajo y la dejó en un solar. Pero al cabo de un rato de estar en casa, la gata regresó. Así que le pregunta a un amigo: -Oye ¿a ti se te ocurre cómo podría hacerlo para que la gata no regresara a casa? -El problema es que la dejaste demasiado cerca. Mira, lo que tienes que hacer es seguir la misma calle todo recto hasta el final, llegarás a una montaña, la subes, allí verás un río, síguelo unos metros y cruza el puente, luego ve a la derecha y en la siguiente bifucación a la izquierda, otra vez a la derecha, y encontrarás un pequeño claro en el bosque donde puedes dejar a la gata. Después de una semana, el hombre va a casa de su amigo, todo sucio, cansado y hambriento, y su amigo le pregunta: -¿Qué tal? ¿Te fueron bien mis indicaciones? -Hombre, igual te pasaste un poco... ¡si no es por la gata no encuentro el camino de vuelta!