Un señor entra en una farmacia y le dice a la dependienta: -Me duele la barriga; ¿qué podría tomarme? -Creo que lo que mejor le irá son las famosas pastillas del doctor Chorlito -le aconseja la farmacéutica. -¡Ah, no, eso sí que no! ¡Deme lo que sea, cualquier cosa, todo menos esa porquería! -¿Por qué dice eso? -¡Porque el doctor Chorlito soy yo!