Libro de chistes cortos buenos

Un señor entra al restaurante, llama al camarero y le da un billete de propina. -Le doy la propina por adelantado para que me recomiende usted lo mejor. El camarero, sorprendido, titubea. -¿Qué me aconseja? -Mire, por la propina que me ha dado, le aconsejo que vaya a comer a otra parte.