Libro de chistes cortos buenos

Aquella fiesta de navidad se había vuelto escandalosa, tanto que uno de los presentes decide marcharse. -¡No se vaya! -le dice otro- esto se está poniendo bueno. -Es inútil, ¡me voy! -Se va a ofender el dueño de la casa. -Lo dudo, porque el dueño de la casa soy yo.