Era tan velludo, que para localizarlo tenían que usar el radar. Era tan ciego, que no sabía cuántos hijos tenía. Era tan pálido, que para sacarle radiografías no usaban aparatos, colocaban una vela tras él.
Era tan velludo, que para localizarlo tenían que usar el radar. Era tan ciego, que no sabía cuántos hijos tenía. Era tan pálido, que para sacarle radiografías no usaban aparatos, colocaban una vela tras él.