Un prestamista está agonizando y le acercan el crucifijo a los labios. El moribundo coge la cruz, la recorre con los dedos, la mira con ojos vidriosos, la sopesa y murmura: -Doy 20 euros, ni un céntimo más
Un prestamista está agonizando y le acercan el crucifijo a los labios. El moribundo coge la cruz, la recorre con los dedos, la mira con ojos vidriosos, la sopesa y murmura: -Doy 20 euros, ni un céntimo más