Libro de chistes cortos buenos

Un individuo lee el periódico cuando de pronto se topa con su propia esquela mortuoria. Rápidamente llama por teléfono a un amigo. -¿Leíste en el periódico mi esquela? -Sí -contesta el otro, y añade, con mucho temor-, pero dime, ¿desde dónde me estás hablando?