Uno que se las da de vivales, consigue hablar con Dios y le interroga: -¿Señor, cuánto es para ti un minuto? -Un minuto para mí es como mil años. -Y un millón de euros, ¿cuánto es para ti? -Un millón para mí es como un euro. -Pues regálame un millón de euros. -Sí, pero espérate un minuto.