Libro de chistes cortos buenos

Un voluntario se ofrece para una peligrosa misión: consiste en inutilizar una estación de ferrocarril, para lo cual le hacen entrega de granadas y bombas incendiarias. Media hora después regresa, con todo el equipo. -Misión cumplida, mi comandante. La estación ha quedado incomunicada. -¿Sin tirar una sola bomba? ¿Cómo lo hiciste? -Muy sencillo. Entré en la caseta del expedidor, le robé todos los billetes y cerré la ventanilla.