Libro de chistes cortos buenos

Una niña está pintando un cuadro con muchos colores. Cuando llega la profesora, exclama: -¡Ay, qué cuadro más bonito!, ay, ay, ay. -Pero no llore, maestra. Mi cuadro es conmovedor, pero tampoco es para tanto... -No lloro por tu cuadro, ¡es que me has metido el pincel en el ojo!