Libro de chistes cortos buenos

Un mariquita muy fino, después de encontrarse solo en una isla, pierde contacto con la civilización. Al cabo de los años, una mañana caminando por la playa, encuentra un reloj; lo mira, lo toca, se lo acerca al oído y escucha: Tic, tic, tic, tic. Horrorizado, lo arroja a la arena, y grita: -¡¡Ay, ay, si está vivo... !!