Libro de chistes cortos buenos

La madre superiora estaba mosqueada con el comportamiento de una novicia, que todas las noches se iba a su celda con una palangana de agua. Una noche decidió espiarla, miró por el ojo de la cerradura, y encontró a la novicia en pelotas, lavándose, y decía: -¡Toma, toma! Hambre pasaras, pero lo que es sed...