Libro de chistes cortos buenos

Un campesino ordeña a su vaca a la luz de una lámpara de petróleo. -¡Ay, me estás haciendo daño! -protesta la vaca. -Perdona -se disculpa el campesino-, ni yo mismo sé lo que estoy haciendo. Me he levantado tan temprano... -Es cierto, tienes aspecto de cansado -reconoces benévolamente la vaca-. Bueno te diré lo que debes hacer: cógete sencillamente a mis ubres y yo saltaré arriba y abajo.