Un lechero está repartiendo las botellas por la ciudad. Al llegar a una casa, se siente atraído por el alboroto de una disputa familiar. Se detiene a escuchar. De pronto, sale un niño corriendo. -¿Qué sucede, pequeño? -Pregunta el lechero-. ¿Son tus padres los que pelean? -Sí, señor -responde el niño-. Siempre están peleando. -¿Quién es tu padre? -pregunta el lechero. -No lo sé. Por eso es por lo que siempre están peleándose.