Libro de chistes cortos buenos

Mientras la enfermera se inclina para apagar la lamparita, el paciente susurra: -Se ha olvidado del beso de las buenas noches. Y ella responde también en un susurro: -Si es eso lo que quiere, le mandaré a la enfermera de noche... ¡Es la que a estas horas se ocupa de los trabajos desagradables!