En un examen, el profesor le dice al alumno que no ha sabido contestar a ninguna pregunta: -Le haré una última pregunta: si sabe contestarla, le aprobaré. -¿Cuantos pelos tiene la cola de un caballo? -Cuarenta y dos mil trescientos cincuenta y ocho. -¿Y cómo lo sabe? -le pregunta el maestro. -Perdone profesor -exclama el alumno-, pero esa ya es otra pregunta.