Libro de chistes cortos buenos

Un albañil cae de su andamio, que estab a treinta metros de altura. Dos mujeres lo ven todo golpeado y lo llevan al bar más cercano. -Sírvale un vaso de vino -dicen-, para que se reponga. Y el albañil pregunta: -¿De qué altura me tengo que caer para que me den una copa de Brandy?