Libro de chistes cortos buenos

Un niño vuelve de la escuela y al entrar en casa la madre se da cuenta que tiene un ojo amoratado, echando sangre y por la nariz, con varios rasguños en la cara y con la ropa toda sucia; señal de que el niño había participado en una pelea. Mientras al madre le curaba las heridas, el niño dijo: -¡Qué manera de pelear, mamá! cuando desafié a Juan la semana pasada y le dije que podía escoger las armas... ¡Caramba! Jamás pensé que iba a escoger a su hermano mayor.