Libro de chistes cortos buenos

En un manicomio, el doctor le está explicando las diversas locuras de los enfermos al nuevo vigilante. -Ése se cree Superman, éste se cree Napoleón, aquél se cree un balón de futbol, y aquél que lleva atado un cepillo de dientes a un cordel, está convencido de que está paseando a un perro. El vigilante, que los quiere ir conociendo personalmente, habla un poco con cada uno de los locos y al llegar al del perro, le pregunta: -¿De qué raza es? -¿El qué? -pregunta el loco de mal humor- ¿Por qué todo el mundo me pregunta lo mismo? ¿No ve que esto es un cordel y un cepillo de dientes? ¿Acaso usted está loco? -Perdone, yo... Sí, claro, tiene usted razón, que tontería la mía -se disculpa el vigilante con el loco y se aleja. Cuando el loco lo pierde de vista, murmura y le da un tirón al cordel diciendo: -Vamos, Sultán, que ya hemos engañado a otro.