Libro de chistes cortos buenos

Había dos presos en una celda y uno le pregunta al otro: -¿Por qué estás en la cárcel? -Por haber robado en nochebuena un banco. Rompí el cristal de la entrada con un ladrillo, cogí todo lo que había y me fui. -¿Y cómo te pillaron? -Es que el día de Navidad volví a recoger el ladrillo. ¡Era nuevo!