En las afueras de la ciudad una señora ve que una vaca ha entrado en su jardÃn, y se está comiendo sus flores y corre a decÃrselo a su esposo -que era muy tacaño-. -¡Cariño! Una vaca ha entrado en nuestro jardÃn y se está comiendo las flores. Y el esposo tacaño, le responde: -Ordéñala enseguida, y después la echas.