Libro de chistes cortos buenos

Era septiembre y un loco que apuesta con amigos que su Mercedes es capaz de ir a Barcelona en 2 horas. Los amigos aceptan y en las 2 horas prometidas el loco llama por teléfono desde Barcelona. Ganada la apuesta toca la vuelta pero semanas después todavía no había llegado. Finalmente ya en Navidad aparece el loco y le preguntan: -¿Por qué has tardado tanto? -¡A ver si os creeis que mi coche corre igual para adelante que para atrás!