Era un gallego que toma el avión y pasa una azafata repartiendo chicles. -Oiga, ¿y esto para qué es? -Para que no tengan molestias en los oídos al cambiar de presión. Todo va bien, y cuando han aterrizado el gallego le dice a la azafata: -Oiga, es que esta es la primera vez que vuelo, ¿cómo me puedo quitar ahora el chicle de las orejas?