Era un tío bestia que se propone pintar de verde al canario porque no le gusta el amarillo. El dependiente que le vende la pintura le advierte que lo va a matar y el tió bestia le apuesta 20 euros a que no le pasará nada. Al rato vuelve y le da los 20 euros. El dependiente le dice: -Ya se lo había dicho... lo mataría al pintarlo. Entonces el tío bestia contesta: -¡Que bah! no se murió de eso, se me murió cuando le intenté quitar la pintura vieja con la espátula.