El condenado a muerte recibe la visita del cura justo antes de ir a la silla eléctrica. -Hijo mío, yo traigo la palabra de Dios... -Señor cura, se lo agradezco pero no gaste saliva que en nada estoy con él, ¿algún recadito?
El condenado a muerte recibe la visita del cura justo antes de ir a la silla eléctrica. -Hijo mío, yo traigo la palabra de Dios... -Señor cura, se lo agradezco pero no gaste saliva que en nada estoy con él, ¿algún recadito?