Libro de chistes cortos buenos

Ana riñe a su hijo y le dice: -¿Cómo has podido comerte todos los polvorones sin pensar en tu hermanita? -¡Pero si he estado pensando en ella todo el rato, mientras me los comía! -Ah, ¿sí? -Sí, tenía miedo de que llegara antes de que hubiera acabado.