El doctor Tilla va a visitar a un paciente a su casa y, como no le abre la puerta, le pregunta al portero: -Perdone, ¿sabe si el señor Gerardo ha salido? -Sí, ha ido a un entierro. -Gracias. Y... ¿sabe si tardará mucho? -Hombre, creo que sí. Más que nada, porque era el muerto.