Libro de chistes cortos buenos

Había una vez un loro que tenía un dueño pelado, y por eso el loro le cantaba: -Pelado, pelado, pelado. Un día el dueño se cansó y le replicó: -La próxima vez que me digas pelados te tiro por el inodoro. Al loro no le importó y le siguió diciendo -Pelado. Entonces el dueño lo trató de tirar por el inodoro, pero no cabía y entoces el loro dijo: -Che pelado, te hiciste la raya al medio.