Libro de chistes cortos buenos

Era un tío que estaba en un bar nocturno y tuvo suerte, tras hablar con una finalmente acaba en su casa. Echan unos cuantos polvos y tras recuperar el aliento finalmente decide irse. La tía le dice: -Entonces tu eres anestesista. El tío muy sorprendido le dice: -Anda, ¿cómo lo has sabido? Apenas hemos hablado nada, y de trabajo menos. -Muy fácil. A pesar de todo, no he sentido nada de nada.