Libro de chistes cortos buenos

Era un borracho en la barra del bar que observa como llega un cliente muy refinado que pide una copa. El camarero se la sirve y nada más se da la vuelta el cliente mata una mosca, la echa en la copa y se queja. -Los siento señor, mis disculpas, le pondré otra. Repite la operación 3 veces y se va haciéndose el enfadado. El borracho atento a la jugada no le deja irse: -¿Me presta la mosca?