Libro de chistes cortos buenos

Un mexicano de grandes pistolas permanecía imponente en la barra del bar, cuando de repente llega otro mexicano, también armado y con cara de pocos amigos: -Oye tú, forastero, ¿cuál es tu nombre? -Ni caso -Te repito que me digas el nombre -Déjame en paz. En esto el mexicano lo cose a tiros y tan tranquilo vuelve a su sitio murmurando: Mañana me entero en el periódico.