Libro de chistes cortos buenos

Era un santo realmente preocupado porque no tenía seguidores, es decir, nadie le rezaba. Se fue a hablar con Dios y este le aconsejó que hiciera tarjetas y las repartiera para darse publicidad, aunque extrañamente también le dijo también que no se las diera a mujeres de vida fácil ni a gays. Tras esa historia te pregunto: ¿Cómo se llama el Santo? Aahh, ya veo... ¿no lo sabes? Eso es que no te dieron tarjeta, ¿no?