El mayordomo escucha el timbre y se dispone a abrir la puerta. Efectivamente, era lo esperado: -¡Holaaa, de donde vendrá el gilipollas del señor condeee! -Vengo de la tienda. Acabo de comprar el aparato este para poder oír bien.
El mayordomo escucha el timbre y se dispone a abrir la puerta. Efectivamente, era lo esperado: -¡Holaaa, de donde vendrá el gilipollas del señor condeee! -Vengo de la tienda. Acabo de comprar el aparato este para poder oír bien.