Libro de chistes cortos buenos

Era un camión que bajaba todo loco cargado de nitroglicerina y a gran velocidad, y la iba aumentando porque de repente el conductor se da cuenta de que va sin frenos. Va derrapando y controlando pero como no lo da controlado decide tirarse pero el cinturón no se abre. Lo corta con una navaja y se tira, el camión explota y casi lo quema, pero finalmente esquiva tirándose por un terraplén. Allí se mataría por la altura pero por suerte queda colgado en de una ramita. El cura que pasaba por allí lo vio todo y lo ayudó a bajarse. Dijo el tipo: -Gracias a Dios que me he salvado. Dice el cura: -Gracias a Dios no, gracias a a ramita porque Dios tenía las intención clara...