Libro de chistes cortos buenos

Eran unas hormigas que estaban ya aburridas de que cada vez que pasaba un elefante les rompieran su casa, un fantástico hormiguero que nunca daban terminado. Decidieron darle una lección y se subieron a un arbol, con el hormiguero como cebo. Cuando pasó el elefante le saltaron encima y le empezaron a picar pero de una sacudida se deshizo de todas salvo una que quedó en el cuello. Las demás desesperada ya gritaron: -¡Ahórcalo, ahórcalo!