Libro de chistes cortos buenos

Era un carnicero que de repente ve a un perro haciendo cola y con una nota en la boca. La lee y pone que quiere una pata de conejo. Además llevaba una bolsita con dinero al cuello. El carnicero toma el dinero y se la da. El perro se va y el carnicero todo asombrado decide seguirlo. Tras seguirlo por toda la ciudad llega a una casa donde golpea la puerta. Un señor le abre todo malhumorado y le riñe. El carnicero le dice: -Pero amigo, ¿por qué le riñe si es un genio? -¿Un genio? Ya es la segunda vez que se olvida la llave de la puerta.