Libro de chistes cortos buenos

Va un abogado a un cajero a retirar dinero, un sitio dotado con última tecnología en reconocimiento y con una seguridad superior. Introduce la tarjeta y suena una sirena al tiempo que el altavoz grita: Ladrón, ladrón, ladrón... De inmediato el abogado la retira, respira aliviado y mete otra tarjeta mientras dice: Vaya, me confundí con mi tarjeta profesional.