Estaba la parejita en un banco, un tanto apartado y bajo la luz de la luna. Un perfecto momento romántico en el cual ella dice: -Oh Antonio, ¿no crees que mis ojos brillan como estrellas? -SÃ, mi amor. -Dime Antonio, ¿no te parecen mis cabellos como rayos de luna? -Pues sÃ, cariño. -Dime Antonio, ¿no te parece mi boca como una linda rosa recién abierta? -Claro que sÃ, amor... -Oh, Antonio... ¡Tú si que sabes decirme cosas bonitas!