Libro de chistes cortos buenos

Todos los días, un viejecito baja al quiosco de la esquina y compra el periódico para consultar las páginas de las esquelas. Y todos los días dice lo mismo: -¡Ah, qué bien, hoy tampoco salgo! Un día, sin embargo, el dueño del quiosco se da cuenta de que el señor no se ha presentado. Entonces mira la sección de esquelas, reconoce el nombre y la foto del viejecito, y dice en voz alta: -¡Qué triste, hoy que salía en el periódico no ha venido a buscarlo!