Libro de chistes cortos buenos

Dos mamás canguro están sentadas en un banco del parque mientras sus canguritos juegan en los columpios. Una de ellas se queda mirándolos, suspira y exclama: -Qué monos son los niños, ¿no te parece? -Pues sí. Lástima que al mío le gusten tanto las galletas. -¿Y qué problema hay? -Pues que me deja la bolsa perdida de migas.