Una tortuga se encuentra con una liebre y le dice: -¡Te desafío, a ver quién llega primero a su casa! La liebre, que se sabe la más veloz del bosque, le responde: -¡Acepto el reto! -Preparados, listos... ¡ya! Pero antes de que la liebre mueva una sola pata, la tortuga se mete en su caparazón... ¡y gana la prueba!