Libro de chistes cortos buenos

Un soldado viaja sentado en un autobús. En eso que sube un general. El soldado se pone en pie inmediatamente. El general le dice: -¡Puede sentarse de nuevo! Al cabo de un minuto el soldado se pone en pie de un salto. El general le dice: -Gracias, pero ya puede volver a sentarse. Al poco, el soldado vuelve a ponerse en pie una tercera vez. Y el general exclama: -¿Cómo tengo que decírselo? Haga el favor de sentarse, ¿me ha oído? Y el soldado, rojo como un tomate, le responde: -¡Pero, mi general, es que ya debería haberme bajado tres paradas atrás!