Un conejo se escapa de la conejera y se oculta entre las hierbas altas. La granjera lo persigue en vano, pues el conejo ha sido más rápido y ahora ya no está a la vista. Entonces el marido le dice: -¡Acabo de tener una idea buenísima! Si quieres atraer el conejo hacia ti, no tienes más que... ¡imitar el sonido de una zanahoria!