Libro de chistes cortos buenos

Un cliente se sienta en la butaca de un barbero muy tonto. El barbero empieza a afeitarlo, y al cabo de un ratito le pregunta: -Hum, señor, ¿por casualidad no habrá tomado espaguetis con tomate para almorzar? -No, ¿por qué? -inquiere el cliente con extrañeza. -Hum, pues en ese caso -dice el barbero-, me temo que acabo de cortarle la barbilla...